miércoles, 30 de marzo de 2011

¡Habrá fútbol en la Liga del esperpento!


Por fin tenemos respuesta tras una semana de incertidumbre en la que se ha hablado más de los derechos del partido en abierto que de cualquier otro hecho noticioso en la atmósfera futbolística. Purificación Puyol, magistrada del Jurado de Primera Instancia Número 63 de Madrid, ha decidido que se disputen los partidos previstos para este fin de semana. La medida cautelar que el G-6 -Athletic, Espanyol, Real Sociedad, Sevilla, Villarreal y Zaragoza- ha sido aceptada por la juez y por tanto no habrá parón liguero en la jornada 30 de Primera División ni en la 32 de Segunda. Un asunto que desde su comienzo hasta su final ha sido un auténtico esperpento que bien refleja las aptitudes de aquellos que gobiernan fútbol en nuestro país.

No me parece mal que la LFP, dirigida por José Luis Astiazarán, reclame los ingresos por el partido en abierto o por las quinielas ya que, al fin y al cabo, es dinero generado por la Liga y son libres de requerirlos. El fondo es totalmente lícito pero las formas… eso es otro asunto. De la noche a la mañana la propia Liga amenazó con un cierre patronal demandando el beneficio del encuentro en abierto. Los mismos que unos meses atrás se llevaban las manos a la cabeza cuando la AFE, encabezada por Luis Rubiales, convocaba una huelga cuyo objetivo era conseguir que la situación de impagos que viven algunos futbolistas se subsanara. La LFP argumentaba que, de llevarse a cabo la protesta, habría un grave problema puesto que el calendario no permitía que se celebrase el encuentro en otra fecha. Pero claro, para el parón previsto esta jornada sí que había fechas. Una gran incongruencia pero lamentablemente no la única.

Al anunciarse la medida tomada por la Liga de Fútbol Profesional el G-6, contrario también al actual sistema de repartición de derechos televisivos a los clubes, se mostró opuesto a parar la competición este fin de semana. Se sobrentendía entonces, que los 14 equipos restantes se postulaban a favor de la reivindicación ya que no se encuentran entre quienes presentaron la medida cautelar ante el juez. Y así es. Sin embargo resulta gracioso que Enrique Cerezo, presidente del Atlético –a priori a favor de la huelga-, afirme que “el parón liguero era un disparate”. Al igual que Manuel Preciado –el Sporting tampoco apoyó al G-6 en la medida cautelar-, quien también se oponía al tratarse de “un momento en el que seguramente habrá muchos clubes jugándose muchas cosas, a lo mejor el título y seguramente no bajar". Pónganse de acuerdo, por favor.


Por si quedaba alguna duda del esperpento y de la incongruencia la LFP nos lo recordó de nuevo ayer convocando una asamblea extraordinaria tan solo si el Juzgado no admitía la medida cautelar presentada por el G-6. Es decir, que a última hora decidieron que se jugara la jornada como lo reflejaba el calendario, guardándose además un as en la manga –en forma de asamblea- por si acaso esta mañana la juez hubiese dado luz verde a la huelga. Sí, la propia LFP, la misma que comenzó con todo el proceso de intentar frenar la disputa de la próxima jornada.

Me pregunto ahora por qué se ha montado todo este numerito que al final ha terminado en ‘agua de borrajas’, como se dice en mi tierra. ¿Por qué tanto interés en un tema y en una ley que lleva tanto tiempo intentándose modificar pero que nunca se ha tratado como es debido? Lo he dicho y lo sigo diciendo, es totalmente justo y lícito que la LFP pida los beneficios que genera ese partido como lo hace con los restantes, pero estas no son las formas ni el momento de reclamarlo. Mientras tanto cientos de futbolistas siguen sin cobrar un sueldo mientras siguen realizando su trabajo. El ejemplo del Rayo Vallecano es el de mayor notoriedad, pero esa misma situación la viven otros equipos de Segunda, de Segunda B y que nadie se engañe, también hay clubes de la categoría reina que incumplen el contrato de sus jugadores. Mientras tanto un reparto equitativo de los derechos televisivos también está en el aire y debería ser, junto a lo anterior, prioridad máxima. De lo contrario ya lo saben, los ricos más ricos y los pobres más pobres, a lo que se le debe sumar la muerte de la competitividad de la Liga española. Aunque claro, para la LFP hay otros asuntos de mayor importancia por los que sí que moverían cielo y tierra, pero no por los salarios ni por el reparto. Eso no va con ellos, lo suyo es el esperpento.

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