martes, 30 de noviembre de 2010

Lección del Barça


Miguel Salazar| El Camp Nou despedía a sus héroes con una ovación de ensueño, de sobra merecida tras un espectáculo inalcanzable en la actualidad para cualquier equipo del mundo. Ayer el Barcelona exhibió su mejor versión, y ante eso poco se puede hacer. Mourinho renegó de los planteamientos que antaño le dieron tan buenos frutos en el campo blaugrana. Salió con su equipo habitual, armado hasta los dientes. Tan solo la baja de Higuaín, al que sustituyó Benzema, emborronaba una alineación que basta con nombrarla para que el miedo empiece a fluir por los cuerpos del rival. Pero no funcionó. Esta vez el luso concedió muchos espacios al Barça, dejando prácticamente libertad de movimientos a cualquier jugador local. Y eso le mató. Busquets, Iniesta, Xavi y Messi hicieron lo que quisieron en el centro del campo, de donde nacieron todas las jugadas de gol.

El Barcelona marcaba el primero. Xavi abría el marcador con una sutil vaselina a Casillas tras recoger un balón dentro del área pequeña que Marcelo no logró cortar. El pase había sido de Iniesta, fantástico, por cierto. Minutos antes, Messi había avisado con un tiro envenenado que, con el portero madridista ya batido, pegó en el palo vaticinando lo que estaba por llegar. El Madrid parecía despertar entonces. Cristiano envió un gran balón a Benzema que a punto estuvo de meter Abidal en su propia portería si no hubiera sido por los reflejos de Valdés.

El Barcelona marcaba el segundo. Otro canterano, Pedro en esta ocasión, empujaba un balón muerto tras pase de David Villa. El guaje recibió en el pico del área un cambio de juego de Xavi, encaró a Ramos y la puso fuerte al segundo palo. Al guardameta blanco se le escapaba el esférico y el final es conocido. Mientras tanto el Real Madrid intentaba hacer un gol para cambiar el signo del partido. La tuvo Cristiano Ronaldo en una falta directa, pero el balón se fue rozando el palo. También pudo haber existido un penalty de Valdés al luso, que todo sea dicho, pero Iturralde no señaló la pena máxima. Fue en la misma fase del partido en la que el jugador luso
tuvo un roce con el técnico del Barça, al que hoy se le acusa de provocador, ¡qué guasa! Final de la primera parte.


El Barcelona marcaba el tercero. Villa recibía, en fuera de juego, un balón entre líneas de Messi. El asturiano no falló en el mano a mano y sentenciaba del todo el partido. A Florentino Pérez le apretaba la corbata en el palco y Mourinho parecía petrificado en su banquillo. Pese a haber metido a Lass por Özil, con la esperanza de que el juego interior del Barça cesara, el Real Madrid seguía roto sin apenas mantener el balón más de diez segundos. El Barcelona tocaba y tocaba mientras que el conjunto blanco corría detrás del balón. Las caras de los jugadores madridistas lo reflejaban todo y todavía quedaba mucho por jugar.

El Barcelona marcaba el cuarto. De nuevo Villa. De nuevo asistido por Messi. El argentino dejó solo al siete del Barça con un pase de 40 metros y el 'guaje' no desaprovecho el regalo. 4-0 y doblete del asturiano, que respondía de esta forma a Mourinho, que había asemejado el rendimiento de Benzema con el del jugador del Barcelona. Messi también dijo mucho durante el Clásico, ya que demostró que no hace falta marcar goles para ser un jugador determinante, posiblemente, el mejor del Mundo. Algunos días se viste de delantero, ayer no, ayer tocaba el traje de mediapunta. Recibiendo el balón en tres cuartos y dando balones de lujo a sus compañeros. Haciendo el juego del Barça más fluído y apoyando siempre a Busquets, Xavi e Iniesta. Y que nadie se olvide del balón que estrelló en el palo, que se hubiera convertido en el gol del partido.


El Barcelona marcaba el quinto. El partido estaba muerto, quedaban apenas unos minutos, pero el Barcelona seguía apretando, sin bajar el ritmo bajo ningún concepto. Bojan, que había errado dos ocasiones claras de gol, apareció en la banda con un centro raso al corazón del área. A punto estuvo de llegar Iniesta, pero a quien no se le escapó fue a Jeffren. Gol 100% cantera. Florentino Pérez aguantaba el tipo en el palco, viendo como su proyecto volvía a estrellarse contra el Barcelona de Guardiola. Ni con Mourinho, ni con Özil, ni con Di María, ni con Carvalho, ni con Khedira. Pero el Real Madrid aún no había dicho todo, al menos Sergio Ramos. El lateral blanco perdió los papeles y lanzó una patada demoníaca contra la pierna de Messi. Roja y expulsión, pero no sin una posterior tangana en la que el madridista se 'pegó' con media selección española. Lanzó un manotazo a Puyol, otro a Xavi y se encaró con Valdés y Piqué. Fue la clara muestra de la impotencia blanca.

Pese al amplio resultado la ventaja sigue siendo de solo dos puntos. Una derrota del Barcelona le devolvería el liderato al Real Madrid, como si nada hubiera pasado. Y los de Guardiola han tenido ya algún 'pinchazo'. No creo que Mourinho sea de los que se da por vencido, y tampoco creo que el partido de vuelta sea parecido. Para nada. El mayor peligro es alguna brecha que puede haber abierto el encuentro de ayer, si es que existen, o el daño moral que pueda haber causado. El Barça, por su parte, a quedado como el gran triunfador. Pero si ya tenía una gran presión, puesto que se les exige siempre un partido como el de ayer, se han añadido todavía más, al tener que defender el liderato y no permitirse ningún tropiezo. El tiempo dirá las consecuencias de este partido, si las tiene, y cómo llegan ambos equipos a la ya esperada revancha.

1 comentario:

  1. No creo, en ningún caso, que el partido de anoche determine toda la temporada. No en vano, son sólo tres puntos.

    Intentar extrapolar el partido de anoche al potencial real de ambos equipos es un error: el Barça ha tenido una noche brillantísima, pero el curso general de su inicio de Liga ha sido algo menos brillante que los dos últimos años. Veremos si las tendencias se mantienen o si esta goleada supone un punto de inflexión.

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