lunes, 14 de febrero de 2011

El bucle Altético

Miguel Salazar| ¿Lo recuerdan, verdad? Un padre viajando con su hijo, el coche parando en el semáforo y esa pregunta planteada por el menor que pasará a la historia: "Papá, ¿por qué somos del Atleti?". El padre, por supuesto, se queda sin palabras, estupefacto ante la pregunta. Y razón no le falta porque el Atlético parece no levantar cabeza nunca. Cada vez que asoma el hocico entre los 'grandes' vuelve a desinflarse.

El equipo está décimo, a siete puntos de la Europa League y a quince de la Champions. Además, se le debe de añadir unos síntomas que no invitan al optimismo. Los de Quique Sánchez Flores están atravesando su peor racha de juego desde que el entrenador madrileño se sentó en el banquillo de los rojiblancos y el asunto parece no tener remedio. Los rumores acerca de la destitución de Quique comienzan a deambular por el Vicente Calderón, aunque francamente, el entrenador no es el mayor de los problemas de los rojiblancos.

El equipo de Manzanares lleva unas cuantas temporadas sin un cerebro, alguien que lleve el timón del equipo y que reparta juego. Sin embargo, o los directivos miran para otro lado sin poner remedio o, cuando han intentado hacer algo al respecto, se han equivocado. Por no hablar de la marcha de Jurado o de Simao, jugadores que realmente aportaban algo al equipo y que seguro que Quique echa en falta. El asunto se agrava al ver que un creador de juego no es la única demarcación que necesitaría de un futbolista de nivel. La defensa, aún con Godín, sigue haciendo aguas y la delantera, que parecía infalible, ha demostrado que no lo es.

A todo esto se le debe de sumar la falta de fútbol que existe en el Vicente Calderón. Las veces que se gana bonito y jugando bien se pueden contar con los dedos de una mano. El doblete en el curso pasado, junto con la consecución de la Supercopa de Europa parecía que podría ser la escapatoria al bucle que sufren cada temporada los colchoneros. Pero no ha sido así. De nuevo, la historia se repite. Sólo falta destituir a Quique; contratar a un nuevo entrenador que enderece la situación y que termine entrando en Europa, convirtiéndose en nuevo ídolo de la grada ; y que en la 2011/2012 el equipo se desinfle llegado febrero-marzo. Entonces lo clavaría.

Si tan sólo por una vez el Atlético hiciese su particular auditoria deportiva y fichase lo que necesita, la cosa cambiaría. Claro está que para ello tendría que dejar de lado, que no descuidar, los intereses que no sean los puramente deportivos y reestructurar alguna que otra parcela directiva. Es un esfuerzo, pero un esfuerzo necesario si realmente quiere volver a ocupar el sitio que un día ocupó.

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