jueves, 3 de febrero de 2011

Y aquí la tenemos, lo que queríamos.

Miguel Salazar| Y por fin el ansiado sueño de tanta gente: una final de la Copa del Rey entre el Real Madrid y el F.C. Barcelona. Aunque conseguirlo no ha sido cosa fácil. Ha hecho falta esperar más de dos décadas para que el enfrentamiento entre los eternos rivales se repitiera, la última vez que ambos conjuntos se vieron las caras en una final copera fue el 5 de abril de 1990, tiempos de Hierro, Salinas, Amor... Jonh Bejanmin Toshack era el entrenador de los blancos, mientras que los blaugranas eran dirigidos por un tal Johan Cruyff, que conseguiría en este choque su primer título con el Barça.


Este partido significó el ocaso de la 'Quinta del Buitre' y el nacimiento del 'Dream Team', dos equipos de ensueño. A quienes les guste el morbo ya lo habrán pensado, pero por si acaso mencionaré un paralelismo entre ambas finales para inspirar a aquellos que disfrutan con el sensacionalismo y vendiendo humo. Como hemos dicho antes la última final disputada entre Real Madrid y F.C. Barcelona se tradujo en la muerte de la 'Quinta del Buitre', posiblemente la mejor horneada de futbolistas que ha salido jamás da la cantera blanca, y en la aparición de un equipo que jugaba a algo diferente al resto y que parecían imparables, el 'Dream Team' con su patentado 3-4-3. ¿Será esta vez el Real Madrid de Mourinho capaz de repetir la gesta y de asestar un golpe letal al equipo de Guardiola? Yo lo dudo, sin embargo amanecerán portadas y páginas haciendo referencia a lo anteriormente dicho, tiempo al tiempo.

No ha sido fácil conseguirlo, pero aquí la tenemos y todos somos felices. Todos menos un Sevilla que tiene que estar bastante mosqueado por el tema y con toda la razón del mundo. Si la decisión de que no subiera al marcador el gol/no-gol de Luís Fabiano en el Sánchez Pizjuán ya olía a que alguien quería por todos los medios ver un clásico como final de la Copa del Rey, el gol (sí, en este ni siquiera hay algo de duda) de Negredo en el Bernabéu apesta. Pero ya nada se puede hacer y ya tenemos el flamante, todopoderoso, universal e inigualable Clásico que se venía anunciando desde que empezaron los cruces. Ingresos por entradas (que dudo mucho que tengan precios populares), por publicidad, por patrocinio, por derechos televisivos (será transmitido a todo el Mundo)… El doble, triple o cuádruple que si se hubieran enfrentado Sevilla y Almería, los otros semifinalistas. ¡Qué casualidad!

Sí tendré mi clásico y lo disfrutaré como el que más porque no voy a negar que no sea uno de los mejores partidos que podamos ver esta temporada y además adornados con ese ambiente tan especial como lo es el de la Copa, en el que todo puede pasar, pero quizá esta no sería la final de la Copa del Rey de este año si alguien no lo hubiera querido así.

Pd.: Parece que algún Jeque quiere comprar el Real Zaragoza incluso teniendo que asumir toda la deuda. Esperemos acontecimientos.

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